Desde las antiguas civilizaciones hasta nuestros días, la relación del ser humano con las plantas ha sido fundamental para su supervivencia y bienestar. Una de esas plantas, que ha acompañado al hombre a lo largo de milenios y ha sido objeto de veneración, controversia y estudio, es el cannabis. Y en el corazón de esta planta se encuentra un compuesto que ha revolucionado la medicina moderna: el cannabidiol, mejor conocido como CBD.
El origen del CBD se remonta a las primeras interacciones del hombre con el cannabis. Se cree que esta planta comenzó a ser utilizada en Asia Central hace unos 5000 años, no solo por sus propiedades psicoactivas, sino también por sus beneficios medicinales y como fibra para la fabricación de cuerdas y tejidos. Sin embargo, fue solo en el siglo XX, específicamente en 1940, cuando el químico estadounidense Roger Adams logró aislar por primera vez el CBD del extracto de cannabis. Aunque Adams no comprendió completamente la importancia de su descubrimiento en ese momento, sentó las bases para las investigaciones futuras que revelarían el potencial terapéutico del CBD.
Ahora bien, ¿qué es exactamente el CBD? El cannabidiol es uno de los más de 100 cannabinoides presentes en la planta de cannabis. A diferencia del tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto psicoactivo más conocido del cannabis, el CBD no produce efectos eufóricos o «subidones». Sin embargo, ha demostrado tener una amplia gama de propiedades terapéuticas, entre las que destaca su capacidad antiinflamatoria. Estas propiedades han llevado al CBD a ser el centro de numerosos estudios y ensayos clínicos (consulta nuestro listado de artículos científicos en https://xuxes.store/blog/beneficios-del-cbd/, donde también encontrarás una sección específica de artículos y estudios sobre la inflamación y los efectos del CBD), buscando comprender mejor sus efectos y potencial en el tratamiento de diversas afecciones.
La fuente de la información científica de este artículo la podemos encontrar aquí:
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32144889/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7023045/
El sistema endocannabinoide y la inflamación
El cuerpo humano es una máquina compleja, compuesta por sistemas interconectados que trabajan en armonía para mantener un equilibrio, o homeostasis. Uno de estos sistemas es el sistema endocannabinoide (SEC), presente en todos los vertebrados, y juega un papel crucial en la regulación de funciones vitales como el apetito, el sueño, la respuesta inmunológica y, lo que nos concierne en este artículo, la inflamación.
Cómo el CBD interactúa con el sistema endocannabinoide
El SEC está compuesto principalmente por dos tipos de receptores: CB1 y CB2. Mientras que los receptores CB1 se encuentran predominantemente en el sistema nervioso central, los CB2 se localizan en células del sistema inmunológico y están directamente relacionados con la respuesta inflamatoria del cuerpo.
Aquí es donde entra en juego el CBD. A diferencia del THC, que tiene una alta afinidad por los receptores CB1 y es responsable de los efectos psicoactivos del cannabis, el CBD tiene una interacción más indirecta con estos receptores. En lugar de unirse directamente a ellos, el CBD modula y potencia la actividad de los endocannabinoides naturales del cuerpo, como la anandamida. Esta modulación ayuda a equilibrar la respuesta del sistema inmunológico, reduciendo la inflamación y aliviando síntomas asociados a diversas enfermedades inflamatorias.
Mecanismos antiinflamatorios del CBD
El potencial antiinflamatorio del CBD no se limita únicamente a su interacción con el SEC. Estudios recientes han demostrado que el CBD también puede actuar sobre otros sistemas y receptores del cuerpo. Por ejemplo, el CBD ha mostrado inhibir la producción de citocinas inflamatorias, moléculas que juegan un papel central en la respuesta inflamatoria.
Además, el CBD puede influir en la actividad de las células inmunológicas, como los macrófagos, reduciendo su capacidad para liberar compuestos proinflamatorios. También se ha observado que el CBD puede promover la apoptosis (muerte celular programada) de células inmunitarias activadas, lo que contribuye a disminuir la respuesta inflamatoria.
Enfermedades inflamatorias susceptibles de ser tratadas con CBD
La inflamación es una respuesta natural del cuerpo ante agentes patógenos o lesiones. Sin embargo, cuando esta respuesta se descontrola o se prolonga en el tiempo, puede dar lugar a enfermedades inflamatorias crónicas que afectan la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. En este contexto, el CBD emerge como un aliado potencial para aliviar los síntomas y mejorar el bienestar de quienes padecen estas afecciones.
Artritis: Esta enfermedad se caracteriza por la inflamación de las articulaciones, causando dolor, hinchazón y limitación en el movimiento. Estudios preclínicos han demostrado que el CBD puede reducir la inflamación y el dolor en modelos animales de artritis, lo que sugiere un potencial terapéutico para pacientes con artritis reumatoide y osteoartritis.
Enfermedad inflamatoria del intestino (EII): Afecciones como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa se engloban en este término. Se ha observado que el CBD puede ayudar a reducir la inflamación intestinal y mejorar los síntomas en pacientes con EII, posiblemente a través de su interacción con el sistema endocannabinoide del tracto gastrointestinal.
Esclerosis múltiple: Esta enfermedad autoinmune afecta al sistema nervioso central, provocando inflamación, dolor y debilidad muscular. El CBD, en combinación con otros cannabinoides, ha mostrado ser beneficioso en la reducción de espasmos y dolor en pacientes con esclerosis múltiple.
Acné: Contrario a lo que muchos podrían pensar, el acné es también una enfermedad inflamatoria. El CBD ha demostrado tener propiedades seborreguladoras y antiinflamatorias que podrían ayudar a tratar y prevenir brotes de acné, al reducir la producción de sebo y la inflamación en las glándulas sebáceas.
Psoriasis: Esta enfermedad crónica de la piel se caracteriza por la formación de placas escamosas e inflamadas. El CBD, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y reguladoras de la proliferación celular, puede ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la apariencia de la piel en pacientes con psoriasis.
Efectos secundarios y precauciones del CBD
Como con cualquier sustancia que introducimos en nuestro cuerpo, es esencial estar informados sobre sus posibles efectos secundarios y las precauciones que debemos tomar al consumirlo.
Posibles efectos adversos del CBD:
Aunque el CBD es generalmente bien tolerado y se considera seguro, algunas personas pueden experimentar efectos secundarios. Los efectos adversos más comunes incluyen:
Fatiga: Algunos usuarios reportan sentirse más cansados o somnolientos después de consumir CBD.
Cambios en el apetito: El CBD puede aumentar o disminuir el apetito en diferentes individuos.
Sequedad bucal: Algunas personas experimentan una sensación de boca seca tras el consumo de CBD.
Bajada de la presión arterial: El CBD puede causar una ligera bajada en la presión arterial, lo que puede resultar en sensación de mareo en algunas personas.
Interacciones con otros medicamentos:
El CBD puede interactuar con ciertos medicamentos, lo que puede alterar su eficacia o provocar efectos secundarios no deseados. Es esencial consultar con un profesional de la salud antes de combinar el CBD con otros tratamientos. Algunas de las posibles interacciones incluyen:
Medicamentos que afectan al hígado: El CBD se metaboliza en el hígado, por lo que puede aumentar la concentración de ciertos medicamentos en el sistema.
Medicamentos que causan somnolencia: Combinar CBD con medicamentos que causan somnolencia, como sedantes o antidepresivos, puede potenciar este efecto.
Medicamentos para el corazón: Dado que el CBD puede bajar la presión arterial, es importante tener precaución al combinarlo con medicamentos antihipertensivos.
Anticoagulantes: El CBD puede potenciar el efecto de medicamentos anticoagulantes como la warfarina, aumentando el riesgo de sangrado.
Ya lo hemos comentado en otros artículos, pero no nos cansaremos de ser reiterativos en este tema. Esta información es puramente informativa y no debe usarse como base para ningún tratamiento de salud. Siempre, repito, SIEMPRE, hay que consultar con tu médico antes de usar cualquier tipo de sustancia como una solución a problemas de salud.